1. Tener una actitud objetiva de la vida: El que siente es el cuerpo; si lo tomamos en forma objetiva, no subjetiva, como si fuera de otro, tendremos tranquilidad. Hay que vivir con sabiduría y tranquilidad.
2. El Objetivo de la vida es un proceso activo de la vida: Debemos tener una dirección en esta vida, pero no necesariamente un objetivo. Esto no significa no avanzar hacia nada fijo. En la historia del conejo y la tortuga, el primero descansaba y el segundo avanzaba en forma lenta pero constante.
El Zen no comparte ninguna de las dos posiciones, no usa la competencia. Cada uno debe avanzar lo que puede. Ese es nuestro objetivo: avanzar según nuestro ritmo y nuestra velocidad.
El Zen no comparte ninguna de las dos posiciones, no usa la competencia. Cada uno debe avanzar lo que puede. Ese es nuestro objetivo: avanzar según nuestro ritmo y nuestra velocidad.
3. Aplicación del pensamiento, de los principios del Zen y de su Metodología. Namasté!
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